El Bloqueo de Estados Unidos persigue a entidades
que se relacionan con Cuba.
19/09/2011
La Habana.
El acoso de los gobiernos estadounidenses
a Cuba, sustentado en el bloqueo vigente desde 1962, tuvo entre sus más
recientes sacrificados a pacientes con el VIH-SIDA.
El bloqueo, recrudecido
durante el gobierno del presidente Barack Obama, se ordenó la incautación de
cuatro millones de dólares del Fondo Mundial de la lucha contra el SIDA,
tuberculosis y malaria, destinados a Cuba.
Es cierto que aún en medio de agudas
restricciones materiales el gobierno de Cuba se esfuerza por mantener la
cobertura financiera para la atención a los pacientes con VIH.
Pero si Washington mantuviera en paz al
mencionado Fondo, cuyo objetivo es combatir varias enfermedades, el monto
referido serviría para ampliar los programas de atención a los pacientes
seropositivos y enfermos.
El bloqueo, cuyas pérdidas totales para
Cuba ascienden a 975 mil millones de dólares, NO tiene freno ni distinciones a
la hora de seleccionar blancos de los ataques.
Ahora bien, los bancos y las empresas
extranjeras que operan en Cuba constituyen puntos de atención preferentes de
los funcionarios encargados en Washington de espiar sobre los vínculos
económicos, comerciales y financieros de la mayor de las Antillas.
Como parte de la extraterritorialidad del
bloqueo, torpemente negada por los funcionarios estadounidenses, Estados Unidos
escruta las operaciones del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, de procedencia
española.
Escogido como objetivo de persecución por
tener acciones en una sociedad inmobiliaria en La Habana, el banco español se
suma a una lista de entidades bajo requisa escandalosa por acercarse a Cuba.
Las autoridades estadounidenses también
fiscalizaron las operaciones de la petrolera Repsol, entre otras empresas, y la
instaron a informar sobre sus nexos con la nación caribeña.
De este tipo de presiones hablan poco los
centros del poder mediático de Occidente, dispuestos eso sí a martillear hasta
el cansancio sobre algunas medidas adoptadas por Obama para flexibilizar los
viajes de cubanos y el envío de remesas a la isla.
Realmente, la actual administración volvió
al punto de partida antes de que el expresidente George W. Bush adoptara
férreos recortes a los nexos entre los cubanos americanos y la nación caribeña.
Siguen en pie la prohibición a los
estadounidenses de viajar libremente a la nación caribeña y las sanciones a los
países y empresas que hacen o intentan acordar negocios con La Habana.
Las insuficientes y limitadas variaciones
gubernamentales estadounidenses en relación con Cuba NO alteran la médula del
bloqueo, intacto y hasta recrudecido, a pesar de violar el Derecho
internacional.
Hay razones suficientes para que Cuba
vuelva a presentar ante la Asamblea General de la ONU su informe anual sobre la
actualización del impacto del bloqueo estadounidense.
Sobre el documento se pronunciará
nuevamente la comunidad internacional y se espera por vigésima ocasión una
condena al gobierno de Estados Unidos.
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