6 oct 2009

VIH Sida - Cuidatenpositivo homenajea a una cantante popular.


El Periódico de Catalunya 04/10/2009
A causa de una enfermedad hepática muere la cantante argentina Mercedes Sosa a los 74 años.
Argentina llora la muerte de 'la Negra' y 'la voz de América'

Artículo de ABEL GILBERT
BUENOS AIRES

Mercedes Sosa ha fallecido hoy a los 74 años y América Latina se ha quedado pasmada, en silencio. La Negra, como se la conocía en Buenos Aires, y en todas partes, había sido ingresada a mediados de setiembre en un hospital por una dolencia hepática y reiteradas complicaciones pulmonares. Su deterioro hizo temer lo peor en la noche del jueves. La situación se fue agravando de manera progresiva. Luis Farinello, un cura popular y cercano a su entorno le dio la extremaunción el viernes. Miles y miles de argentinos, católicos, ateos y agnósticos, esa noche rezaron por ella.

Llegó a Buenos Aires desde la norteña provincia de Tucumán. Grabó y actuó en una Argentina difícil, saturada de golpes de Estado y proclamas militares. La voz de Mercedes comenzó a hacerse sentir en la Argentina a principios de la década de los sesenta y al calor del movimiento de la nueva canción. No era fácil imponerse en un país con una gran tradición de cantantes, desde Carlos Gardel en el tango, y Margarita Palacios en el folclore. Pero lo hizo muy pronto. Sus interpretaciones del cancionero popular --las milongas, zambas y chacareras de Atahualpa Yupanqui y Gustavo Cuchi Leguizamón-- se volvieron antológicas. Lo mismo sucedió con las canciones de los chilenos Violeta Parra y Víctor Jara o el uruguayo Alfredo Zitarrosa.

Cantante de izquierdas
La mejor Mercedes Sosa es la de años sesenta y parte de los setenta, cuando edita discos insuperables como Hasta la victoria, El grito de la tierra, A que florezca mi pueblo, Traigo un pueblo en mi voz y Mercedes Sosa interpreta a Atahualpa Yupanqui.

Son años de enorme agitación política, tiempos en los que la palabra revolución está en boca de muchos. Mercedes Sosa le puso música a esos días de quimera y rebeldía en los que el artista era convocado para llamar las cosas por su nombre. Mercedes asumió con orgullo su condición de cantante de izquierdas. “Que no calle el cantor porque el silencio cobarde apaña la maldad que oprime. No saben los cantores de agachadas no callaran jamás de frente al crimen”, cantó junto con Horacio Guarany. “A esta hora exactamente hay un niño en la calle”, denunció desde el escenario. La canción escrita por Armando Tejada Gómez daba cuenta de las urgencias de un país estremecido. Pero muy pocos se atreverían a clasificarla como cantante de barricada. El arte de Mercedes Sosa devino en cierto momento ecuménico. Nadie volvería a cantar con su expresividad Alfonsina y el mar, la canción de Ariel Ramírez y Félix Luna, ni Gracias a la vida, de la Parra.

Dictadura y exilio
El golpe militar que el 24 de marzo la sacó de las radios y la televisión. Sus conciertos se suspendían por amenazas telefónicas. Mercedes abandonó el país en 1979, cuando sus discos se escuchaban a muy escaso volumen en las casas para no despertar sospechas.

Se exilió en España y recorrió los escenarios del mundo. Grabó con el brasileño Miltón Nascimento. Actuó en Managua. Sufrió como pocas la distancia y la censura. Retornó a Buenos Aires en marzo de 1982. En un principio pensó realizar solo un concierto en el entonces cine y Teatro Gran Rex de la calle de Corrientes. Permaneció allí varias semanas. No solo se reencontró con un público devoto. También tomó contacto con una nueva generación de músicos que ya no provenía del folclore sino del rock, como Charly García y León Gieco. La Argentina recuperó la democracia en diciembre de 1983 y la Negra volvió a ocupar su espacio. El país no era el mismo. Ella trató de adaptarse a las nuevas realidades. Ya no cantaba los temas de memoria. Los leía en un atril, y sentada. Y aunque sus discos de los años ochenta y noventa nunca estuvieron a la altura del mito, los músicos dela Argentina y América Latina siguieron dándole un tratamiento reverencia. “Es casi una estrella de rock”, dijo García, con quien grabó un disco.

Tres Grammy
Los problemas de salud comenzaron a ser frecuentes a fines de los noventa. La Argentina se acercaba al precipicio. En medio del desencanto, Mercedes volvió a abrazar el catolicismo, sin que ello opacara sus desvelos sociales. Obtuvo tres premios Grammy latinos. Como si presintiera la cercanía del final, en los últimos años grabó dos discos acompañado de celebridades argentinas, de América Latina y España. Los dos volúmenes de Cantora juntaron a Caetano Veloso, Joan Manuel Serrat, Shakira, Jorge Drexler y Fito Páez, entre otros. A fines de los setenta había grabado Canción con todos. El tema de César Isella y Tejada Gómez fue, por muchos años, su emblema. “Siento al caminar, toda la piel de América en mi piel. Anda en mi sangre un río que libera en mi voz su caudal”, cantaba. Esa voz ya es pasado. Pronto será leyenda.

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