A Felipe Giner le
negaron la píldora del día siguiente del VIH.- Foto de J. DE HARO
Problemas de acceso a la 'píldora del día
siguiente' del VIH.
Sanidad aconseja que se
medique a los gais tras una práctica de riesgo.
Artículo de EMILIO DE BENITO.
Madrid - 04/10/2011
¿Qué hacer cuando se
rompe el condón durante una relación sexual con una persona portadora de VIH?
La respuesta está en teoría prevista: dar tratamiento antiviral durante un mes
para evitar la infección. Pero en la práctica el Observatorio de Derechos
Humanos de la RedVIH ha detectado al menos una decena de casos en que cuando el
afectado va a un centro hospitalario, le niegan la medicación o ni siquiera
saben que existe.
El tratamiento dura un mes y
consta de tres pastillas que se toman a diario.
Algunos servicios de urgencias
ignoran el protocolo de 2008.
Esta píldora del día siguiente del VIH (en verdad, tres pastillas que se toman
durante un mes y cuya primera dosis debe ingerirse antes de las seis horas) se
denomina profilaxis posexposición no ocupacional (PPENO), y no es más que la
adaptación de algo que lleva más de una década haciéndose con el personal
sanitario que, por ejemplo, se pincha con una aguja que ha estado en contacto con
sangre de una persona con VIH (en ese caso se denomina profilaxis ocupacional).
Pero su traslado al ámbito no laboral no se hizo oficialmente en España hasta
el Plan multisectorial frente a
la infección por VIH y el sida para
el periodo 2008-2012.
"El protocolo
existe y todos los centros deberían cumplirlo", afirma el secretario del
Plan Nacional sobre el Sida, Tomás Hernández. Eso no quiere decir que haya que
dar tratamiento a todas las personas que hayan tenido una relación en la que el
preservativo se ha roto o en la que, simplemente, no se ha usado. El texto
establece el riesgo de las distintas prácticas (anal o vaginal, insertiva o
receptiva, con violencia o sin ella). En concreto, el mayor riesgo está en la
recepción anal sin preservativo de una persona infectada (el Plan lo considera
"apreciable", del 0,8% al 3% de probabilidades de resultar
infectado).
"Los médicos
tienen que evaluar el riesgo", indica Hernández. Esto tiene un problema:
que muchas veces no se puede saber si la otra persona está infectada o no, bien
porque sea un encuentro esporádico o porque no se ha hecho las pruebas antes.
Pero aunque se le tenga identificado, hacerlas y esperar supondría que pasara
mucho tiempo, y el sistema no funcionaría.
Pero hay un caso en
que Hernández cree que debe plantearse -no hay obligación porque el Plan
Nacional solo puede hacer recomendaciones- dar el tratamiento siempre: en las
relaciones homosexuales. "Con una tasa de infectados del 10%, la
probabilidad de que haya transmisión es muy alta", afirma (En el conjunto
de la población está en el 0,15%). En cualquier caso, los documentos del Plan
establecen que este recurso es algo excepcional, y que si se detecta que una
persona acude repetidas veces a pedirlo debe optarse por dar información.
Uno de los casos que
han llegado al Observatorio de la RedVIH es el de Felipe Giner. A finales de
2010, el hombre fue al hospital de Novelda (Alicante) después de haberse dado
cuenta de que durante una relación su pareja -otro hombre- sangraba y que el
preservativo se había roto. "Me asusté mucho", cuenta este hombre de
30 años. Él sabía que existía este tratamiento porque había sido presidente del
Colectivo de Lesbianas y Gais (Colegas) de Castilla-La Mancha. Pero, por lo
visto, Giner estaba mejor informado que los profesionales sanitarios que le
atendieron. "Primero fui al centro de salud, pero el médico me dijo que no
sabía de qué le estaba hablando y me envió al hospital". Pero en el
centro, obtuvo la misma respuesta. "El tiempo pasaba y nadie me daba una
solución. Yo sabía que tenía que empezar a tomar la medicación en las primeras
seis horas como mucho, y ya llevaba casi tres", relata.
Después de mucho insistir, y cuando ya
habían pasado más de 10 horas desde la posible exposición, Giner -que ha
incluido todo su periplo en su libro "Quiero ser hetero" consiguió
"dosis para solo dos días".(http://www.lanzanos.com/proyectos/libro-quiero-ser-hetero/)-
Carlos Gómez,
presidente de la Coordinadora de Entidades de Lucha contra el VIH/sida de la
Comunidad Valenciana (Calsicova) afirma que solo en su organización han
recibido unas cinco denuncias este año por falta de atención. También hay casos
en Sevilla (en el hospital Virgen del Rocío) y en Tenerife (el Virgen de la
Candelaria). La Cruz Roja ha comunicado un par de situaciones, pero por
cuestiones de privacidad no ha facilitado los datos. Enrique Ortega, presidente
de la Sociedad española Interdisciplinaria del Sida (Seisida), afirma que
existe un protocolo, y que este ha sido enviado a todos los hospitales.
"No prestar ayuda puede ser fatal", indica. En cualquier caso, ante
estos incumplimientos afirma que se insistirá con los responsables sanitarios.
Gómez afirma que
"el problema es que con las rotaciones el mensaje no llega a todo el
personal de urgencias. Son situaciones horribles. Les enviamos a la gente y les
dicen que la profilaxis no existe".
En esos casos, el
tiempo corre en contra de los afectados. Giner tuvo suerte. Medio año después,
las pruebas confirmaron que no se había infectado.
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