Los enfermos de VIH que necesiten reparación
facial podrán acceder a este servicio desde abril.
El acceso a este tratamiento es clave para
evitar el "estigma y autoexclusión" de las personas con VIH/Sida.
Santander, 28/ 03/ 2012
Fuente: Agencia EUROPA PRESS.
Todas las personas con VIH que precisen
acceder a la cirugía facial reparadora en Cantabria podrán hacerlo a partir de
principios del próximo mes de abril, cuando la región comenzará a derivar a
centros acreditados de España a los pacientes con lipoatrofia facial asociada
al SIDA (pérdida de grasa y acumulación de la misma en zonas concretas del
cuerpo debido a un efecto adverso secundario de la medicación y de la propia
infección).
De esta forma, se da respuesta a una demanda de los
afectados y se cumple un compromiso prioritario de la Consejería de Sanidad y
Servicios Sociales, según ha destacado este miércoles el director general de
Salud Pública, José Francisco Díaz, en una rueda de prensa en la que ha estado
acompañado por Carmen Martín, presidenta de ACCAS y miembro de la Comisión
Ejecutiva de CESIDA, y el doctor Santiago Echevarría, que será el profesional
encargado de valorar y establecer los criterios de derivación.
Se trata de una medida que ya trasladó ayer la
vicepresidenta y consejera de Sanidad, María José Sáenz de Buruaga, a la
presidenta de ACCAS durante la reunión que mantuvieron. Según ha precisado el
director general, ya se han abierto los canales de colaboración con el
Ministerio, se ha nombrado a la persona responsable de la coordinación en el SCS,
y ha habido contactos con el Gobierno Vasco para la posible derivación a la
clínica Donostia y con otros hospitales del país.
"No es un anuncio, es un hecho", ha afirmado el
responsable de Salud Pública del Ejecutivo, quien ha destacado que "el día
de hoy marca un antes y un después para estos pacientes".
En concreto, Cantabria pasará a integrarse en el
protocolo de uso tutelado de la cirugía reparadora de la lipoatrofia facial
asociada al VIH-SIDA, puesto en marcha en 2009, para un periodo de tres años.
Supuso, en primer lugar, la acreditación de centros para llevar a cabo las
intervenciones, a propuesta de las comunidades autónomas, y la posterior
aplicación de la cirugía reparadora con cargo al Fondo de Cohesión del Sistema
Nacional de Salud.
Según ha precisado el director de Salud Pública, "la
negligencia e indiferencia del anterior Gobierno" generó en Cantabria
"una situación de discriminación e injusticia ya que Cantabria fue la
única comunidad autónoma en la que no se había intervenido ni derivado para
ninguna intervención a ningún paciente".
"Vamos a intentar recuperar el tiempo perdido en
estos dos años", ha asegurado José Francisco Díaz, quien ha precisado que
entre 30 y 50 pacientes cántabros podrían necesitar este tipo de intervención.
Según ha explicado el doctor Santiago Echevarría, el
paciente con lipoatrofia facial asociada al VIH-SIDA que quiera ser intervenido
tendrá que comunicarlo a su médico y, una vez el SCS tenga la solicitud, la
trasladará al centro acreditado de referencia, que en principio es el Hospital
Donostia, donde se recibirá el caso y una vez admitido se comunicará al
paciente la fecha de intervención.
Se trata del principal estigma que soportan los enfermos de VIH/Sida.
La lipoatrofia es uno de los principales
efectos secundarios generados por los tratamientos antirretrovirales contra el
VIH, que permiten controlar la patología y hacer que ésta se cronifique. Supone
la pérdida de grasa y acumulación de la misma en determinadas partes del cuerpo
y constituye el principal factor estigmatizante y de autoexclusión de los
enfermos con VIH-SIDA.
Juan Manuel del Hoyo, paciente con VIH y que sufre
lipoatrofia facial, durante la rueda de prensa ha expuesto su testimonio y ha
asegurado que la inversión en este tipo de intervenciones "no es un dinero
a fondo perdido ya que revierte en la sociedad, porque una persona con VIH que
se sienta feliz va a trabajar mas, se va a integrar mejor en la sociedad y va a
ser mejor persona".
Por su parte, Carmen Martín ha aportado datos
correspondientes al informe elaborado por el CESIDA, que ponen de relieve los
efectos de la lipoatrofia. Así, cerca de un 40% tiene dificultad media o alta
para asumir el tratamiento por miedo a desarrollar la lipoatrofia y un 19% ha
pensado incluso en abandonarlo.
Un 30% de los pacientes con VIH que tienen lipoatrofia han
sido excluidos de actividad en el ámbito social y familiar, y un 28% han
decidido no buscar trabajo o no presentarse a ninguna promoción por miedo al
rechazo.
Por todo lo anterior, Martín ha celebrado la inclusión de
Cantabria en el Uso Tutelado para los tratamientos quirúrgicos de la
lipoatrofia facial asociada a VIH y ha agradecido el "compromiso"
demostrado en este sentido por el Gobierno regional. "Para los colectivos
que trabajamos con personas con VIH y sida es muy importante contar con el
apoyo y la sensibilidad de las instituciones públicas", ha señalado.
La Coordinadora Estatal de VIH/sida (CESIDA) ha realizado
un seguimiento a nivel estatal y ha comprobado que el derecho de una persona
con VIH que precise cirugía para la lipoatrofia facial se está cumpliendo en 13
Comunidades Autónomas (Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla la Mancha,
Cataluña, Cantabria, Galicia, Madrid, Murcia, Navarra, Castilla y León,
Comunidad Valenciana y País Vasco).
Aunque esta prestación del Sistema Nacional de Salud está
vigente desde el 1 de enero de 2009 a través del uso tutelado, CESIDA ha
constatado que la implantación ha sido "desigual" en las diferentes
regiones.
Según ha explicado la Coordinadora este miércoles en
Santander, se esperaban más de 6.000 intervenciones y, según datos de la
Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida, a fecha 30 de septiembre de 2011 el
número de intervenciones en España fue de 927. En estas intervenciones, la
grasa autóloga representa un 11% del total, los materiales sintéticos no
reabsorbibles un 48% y los materiales sintéticos reabsorbibles un 41%.
En cuanto al seguimiento de los pacientes tras la
intervención quirúrgica, se han registrado primeros seguimientos (al mes/dos
meses tras la intervención) en 475 pacientes, mientras que se han registrado
datos de seguimiento a un año en 88 pacientes (33 seguimientos registrados en
el año 2011). Además, no se ha registrado ningún acontecimiento adverso grave
en la aplicación desde el inicio del uso tutelado, para los tratamientos
quirúrgicos de la lipoatrofia facial asociada a VIH.
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