1 jul 2009

ETS y vacaciones.



Turismo y enfermedades de transmisión sexual (ETS).

Socios mortales
El turismo, es la principal fuente de divisas de países como los del “triángulo de oro” (Tailandia, Filipinas, Singapur) los de Centroamérica y los del Caribe. En general suelen ser promocionados como paraísos, no ajenos por tanto a todo tipo de placeres, enfatizando en la facilidad con que el viajero puede acceder a relaciones sexuales tórridas, baratas y sin complicaciones. No puede extrañarnos este tipo de tratos, ya que la renta per cápita anual en esas regiones es, como máximo, de unos 3.000 dólares.

Fomento del sexo inseguro
Las instancias oficiales de estos países, pasan por alto todo tipo de controles sanitarios y la prostitución no está reglada. Tanto las autoridades como los turistas ávidos de sexo, mantienen conductas reprochables en muchos aspectos, contribuyendo a incrementar los índices de las enfermedades de transmisión sexual y el número de infecciones por VIH. El chico o chica de la playa, que alquila sus servicios, carente de nociones de cuidado personal y de prevención, no solo incumbe a los hombres –homosexuales o no- sino también a las mujeres tanto de Norte América, como de Europa, atraídas por las satisfactorias relaciones que se entablan. La prostitución está mayormente dedicada a los turistas que acuden en busca de aventuras sexuales. Así se ha constatado que, en Centroamérica y el Caribe, el 2,4% de las personas con edades que oscilan entre los 15 y 49 años es portador del VIH o ha desarrollado el SIDA. Las cifras del año 2002 proporcionadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicaban que sólo son comparables a las del África subsahariana, donde 29,4 millones de personas están infectadas.

¿A más turismo sexual, más riesgo?
En principio si, pero tampoco es tan simple, no puede establecerse en todos los países una causa directa entre este fenómeno y las enfermedades de transmisión sexual (ETS). En Centroamérica y el Caribe pueden apreciarse dos casos muy representativos. El turismo, por ejemplo, no tiene impacto en Haití, el país caribeño más afectado por este tipo de infecciones. Casi no hay turismo en esa zona de la isla, pero cerca de la mitad de los casos de vih/sida declarados, le corresponden. Y en toda la zona del Caribe la situación empeora, día a día, debido a causas tales como la política, la pobreza, la falta de educación y un deteriorado o carente sistema de salud pública.

Cuba, con su auge de turismo sexual, por razones muy diferentes, puede mostrar el índice más bajo de estas enfermedades entre heterosexuales de todo el Caribe. Aunque el 70% de de los casos declarados, afectan a homosexuales. Protegerse y proteger debe ser una norma.
¿No les parece?

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