Las células T infectadas por el
VIH ayudan a transportar el virus a través del cuerpo.
investigación efectuada por EL HOSPITAL DE
MASSACHUSETTS (ESTADOS UNIDOS).
MADRID, 02/08/2012. (EUROPA PRESS).
Una nueva
investigación, llevada a cabo por el Massachusetts General Hospital (MGH), y
publicada en la revista 'Nature', ha sido la primera en visualizar el
comportamiento de las células T humanas, infectadas por el VIH, dentro del
ganglio linfático de un animal vivo. El estudio se llevó a cabo mediante un
modelo de ratón 'humanizado' de la infección por el VIH.
En este trabajo, los investigadores han descubierto
una nueva forma por la que el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se
aprovecha del sistema inmunológico. El VIH no sólo infecta y destruye a los
linfocitos T helper, CD4 positivos -que normalmente dirigen y apoyan las
actividades que combaten la infección de otras células del sistema inmune- sino
que también parece utilizar estas células para viajar a través del cuerpo, e
infectar a otras células.
"Hemos observado que el VIH se disemina en el
cuerpo de una persona mediante las células T que infecta", afirma Thorsten
Mempel, del MGH, quien dirigió el estudio. El investigador explica que
"las células T infectadas continúan haciendo lo que suelen hacer, migrando
dentro y entre tejidos, como los ganglios linfáticos, llevando el VIH a lugares
remotos del cuerpo. Actualmente, existen medicamentos que manipulan la
migración de células T, y podrían ser utilizados para ayudar a controlar la
propagación del virus en un paciente".
Cuando el VIH se introduce en la sangre o en los
tejidos, el virus se une a las moléculas CD4, en la superficie de las células T
helper, inyectando en ellas su contenido, y provocando un proceso que conduce
la liberación de nuevas partículas virales. Desde hace tiempo, se supone que
estos viajes libres del virus se producían por su difusión, a través los
tejidos, hasta encontrar nuevas células infectadas. Sin embargo, estudios
recientes han sugerido que el VIH también puede pasar directamente de una
célula a otra cuando se forman un tipo de estructuras -llamadas sinapsis
virológicas- durante las interacciones entre las células T. Dado que las
células T suelen migrar de forma rápida, llevando a cabo contactos transitorios
con otras células, el estudio actual fue diseñado para examinar si el VIH
altera la migración de las células T infectadas, permitiendo que el tipo de
contacto facilite la propagación de la infección.
SE HA PROBADO EN RATONES
En los experimentos, el equipo utilizó el modelo de
ratón humanizado BLT, que posee un sistema inmunológico humano, y es el único
no-primate que puede ser infectado con el VIH. Después de la primera
confirmación de que las células T humanas migran dentro de los ganglios
linfáticos de los animales -conocidos por ser sitios importantes de la
replicación del VIH- los investigadores inyectaron el virus a los animales,
haciendo que expresara una proteína verde fluorescente (GFP) -lo cual permitió
seguir el movimiento de las células infectadas en los animales vivos,
utilizando un método llamado microscopía intravital.
En primer lugar, los científicos observaron que, a
los dos días, las células T infectadas continuaron migrando y distribuyéndose
uniformemente dentro de los ganglios linfáticos, aunque se mantuvieron en los
nodos más próximos al lugar de la inyección.
Mientras que las células infectadas por el VIH se
movieron activamente en los ganglios linfáticos, no lo hicieron tan rápido como
las células T no infectadas. Además, entre el 10 y el 20 por ciento de las
células T infectadas por el VIH formaron extensiones anormalmente largas y
delgadas, a menudo exhibiendo ramas. Los investigadores creen que la proteína
de la envoltura del VIH, que se expresa en la superficie de las células T
infectadas, podría causar que las células infectadas contacten con células no
infectadas, produciendo estas extensiones.
Para probar la función de la migración de células T
en la infección por VIH, los investigadores inyectaron el virus del VIH a otro
grupo de ratones BLT y, al mismo tiempo, lo trató con un agente que evita que
las células T abandonen los ganglios linfáticos. Dos meses más tarde, los
niveles de VIH en el torrente sanguíneo, y en los ganglios linfáticos distantes
del sitio de la inyección, fueron mucho más bajos que en los animales
infectados no tratados.
"A pesar de que nuestra observación de las
interacciones de las células T, entre las moléculas CD4 infectadas y no
infectadas, sugiere que el VIH se puede transmitir entre las células T por
contacto directo, este hallazgo tendrá que ser confirmado en futuros
estudios", explica Mempel, profesor en la Escuela Médica de Harvard, quien
añade que la disponibilidad del modelo de ratón BLT fue fundamental para llevar
a cabo el estudio.
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