Una brigada de médicos cubanos.
La Habana (Cuba).
23/01/2010
La ayuda necesaria…
Por Elson Concepción
La Habana, Cuba.- Las naciones del Caribe, además de conformar una agrupación de ínsulas conocedoras de la solidaridad cubana durante décadas, se saben necesitadas de que en el planeta se contengan las afectaciones por los cambios climáticos, y se emprendan verdaderas cruzadas por el desarrollo de las naciones pobres.
Las que conforman el CARICOM han levantado su voz y su voto en Naciones Unidas y otros espacios internacionales para apoyar a Cuba en su lucha contra el bloqueo norteamericano. Son más de tres décadas de relaciones oficiales con las naciones caribeñas, donde la colaboración cubana en la formación de recursos humanos, tal y como la concibiera Fidel, es determinante para esos países.
Los pueblos del Caribe han recibido la colaboración cubana en la prevención y cura de enfermedades, la lucha contra el VIH SIDA, la educación cuyo ejemplo más elocuente es la campaña de alfabetización con el método cubano Yo si puedo, que ya ha abierto la esperanza de saber leer y escribir a cientos de miles personas, y en otras esferas. La visión y la vida le han llegado a decenas de miles de caribeños beneficiados con la Operación Milagro.
Cifras altas de millones de consultas realizadas por los médicos cubanos, o la de los partos realizados; las intervenciones quirúrgicas y de cientos de miles de vidas salvadas, constituyen los mejores ejemplos de lo que ha significado, para los caribeños, la colaboración cubana en la esfera de la salud. Un ejemplo de toda esta obra es Haití, esa vecina y empobrecida nación caribeña, que se ha convertido desde hace muchos años en toda una expresión de solidaridad humana, donde la presencia de médicos y enfermeras cubanos; y de profesores que enseñan a leer y escribir, es para los haitianos como un nuevo descubrimiento del sentido positivo de la vida.
Por eso no es de extrañar que ahora, cuando la vecina nación caribeña ha sufrido los terribles efectos de un terremoto, el pueblo haitiano vea a los médicos cubanos, los más de 400 que ya estaban allí el día del sismo, y los que han ido después para contribuir con tan humana y gigante tarea, como hermanos o amigos, y así lo expresen ante cualquier medio de prensa, sea del corte que sea. Es que se trata de la solidaridad de todos los días, la necesaria, la desinteresada, la que va como estandarte de un ejército de hombres y mujeres con batas blancas y medicinas como arma.
Esa es la ayuda que hace falta y es la que Cuba brinda desinteresadamente.
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